















Desde hace un tiempo comencé a entender más y mejor los principios de la física cuántica y, desde entonces, siento que he sufrido una especie de metamorfosis. Ahora fluyo más con el ritmo de la respiración y de la vida. Y bajo este principio, tomé la firme decisión de experimentar la existencia de todas las formas que me fueran posibles a través de este cuerpo, en este tiempo y en este espacio. Porque independientemente de las creencias, si hay eternidad o no, si regreso luego de mil años convertida en perro, planta o piedra (si bien me va en piedra para no batallar), hoy estoy aquí con todo lo necesario para experimentar la vida en su plenitud y por el tiempo que tenga que durar. Con las personas correctas, las circunstancias correctas, en el tiempo correcto.
Y por lo antes mencionado, seguí mi intuición hace ocho meses y me metí a estudiar un diplomado en actuación, en donde más que actuar he aprendido a conocerme mejor, reconciliarme con mi cuerpo, tener diálogos internos más sanos y poner a prueba mis capacidades. He reafirmado aptitudes y descubierto muchas otras.
¿Y qué tiene que ver todo esto con marzo?
Lo he llamado marzo creativo porque este mes me puse una prueba de fuego. Con motivo del 8 M, el Instituto México-Cubano me invitó a participar con una charla sobre las mujeres artistas de la generación del 27 y con la lectura de algunos de sus poemas, en conjunto con la actriz Angelina Palacios, y a cerrar con la presentación de un monólogo. Esa noche me convertí por 15 minutos en “La actriz rebelde” de la autora española Paloma Pedrero en el evento Voces de mujeres bajo la dirección del director cubano Raúl Jesús González. UN MONÓLOGO, exacto, yo solita. Fueron tan solo tres semanas de ensayo las cuales además se cruzaron con ensayos para evaluaciones del diplomado: presentación de actuación, baile, canto, control de emociones en el escenario y clown. Eso es justo a lo que me refiero con experimentar la existencia por todas sus aristas y dejar que la vida se exprese a través del cuerpo y la imaginación.
El resultado de marzo creativo es que sigo viva, cuerda (eso creo), y con un nivel desbloqueado. Y vuelvo al inicio de este post, no creo haberlo podido lograr si, en primera instancia, no tuviera la serenidad interior que siento en esta etapa de mi vida, y si no me hubiera comprometido conmigo misma a explorar la vida hasta donde tope.
Dice mi nuevo gurú de vida Kostantín Stanislavski (shh, bajen la voz, que no se entere mi crush Marco Aurelio) que “solo cuando el espíritu está libre y no oprimido, cuando estamos llenos de energía porque sabemos cuántas riquezas ocultas se esconden dentro de nosotros mismos, podemos lograr un estado completo de libertad, tanto interior como exteriormente, de todas las acumulaciones de hábitos y de costumbres aceptadas, y pueden iniciar un trabajo creador en el teatro”. Después de marzo creativo entiendo mejor sus palabras.
Los dejo con las fotos y les extiendo la invitación a experimentar, probar siempre cosas nuevas, nunca quedarse con las ganas de nada. “El estancamiento perezoso de hoy no les dará el eslabón creador para el mañana”, también lo dijo Stanislavski, no yo.