De FIT a FAT

Lo sé, lo sé, no resulta muy motivador el título de este relato, pues lo normal sería compartir el cambio a la inversa: de la versión no tan buena a la versión mejorada. Sin embargo, yo les quiero compartir mi experiencia con los cambios en mi cuerpo en los últimos años, con suerte algun@ se identifica y me acompaña en este camino de regreso a la vida fit.  

Entonces, observemos las imágenes:

Lo primero que salta a la vista es que, para la segunda foto, la del 2023, no me pude poner el mismo outfit que en la del 2018 porque OBVIAMENTE ya no me quedaba. No entré en esos calzones Calvin Klein, ni en esos shorts, así que tuve que improvisar. Por otro lado, nótese cómo mi rostro se ve más redondito y cómo hay CERO definición en brazos y en piernas. En fin, que se notan los casi 9 kilos de diferencia entre una foto y otra.

Ahora bien, en cuanto a la primera foto, el contexto es el siguiente: aunque es cierto que toda mi vida he hecho ejercicio, y desde mis 20s aprendí a comer de manera equilibrada, nunca antes me había propuesto lograr ningún objetivo concreto con mi cuerpo, fue hasta unos siente meses antes de mi cumple número 30 que tomé la firme decisión de explorar mis capacidades físicas y poner a prueba mi disciplina mental para lograr esa “mejor versión fit” al cumplir mis 30 años. Y así fue, lo logré: 53 kilos y 15% de grasa. Mi premio por lograrlo fue hacerme esa sesión de fotos pro para capturar un momento histórico en mi vida.

¿Cómo lo logré?

Constancia y disciplina. Eran mis tiempos de crossfitera, entrenaba seis días a la semana, de 6-7:30 de la mañana. Seguía mi plan alimenticio digamos al 90% (no digo al 100 porque a veces me tomaba unas cuantas cervecitas, que por supuesto no vienen en ninguna dieta), pero, que si me tocaba desayunar dos huevos completos y dos claras y comer sólo cinco almendras en la colación, eso sí que lo respetaba. Cabe mencionar que, tanto mi nutrición como mis rutinas de ejercicio estaban supervisadas por expertos en cada materia, aspecto que también considero clave cuando se trata de lograr cambios verdaderos y de manera saludable: tener un plan personalizado adecuado a la morfología de cada persona, la edad y el estilo de vida.

Dicho esto, pasamos a la pregunta: ¿qué pasó en estos cinco años?

Bueno, primero vamos a quitar de la ecuación el reto del régimen “cinco almendras” de mis 30 años, porque realmente mi peso ideal son 55kilos, es un peso que puedo sostener en el tiempo sin estar en régimen tan estricto, sino únicamente con alimentación balanceada y ejercicio. Es decir, digamos que al día de hoy realmente los kilos adicionales son 7 y no 9. (Pause: ¿lo ven? Ya bajé dos kilos nomás de hacer bien las cuentas, chingón).

Prosigo. Otro aspecto a destacar, en cuanto a los cambios en mi cuerpo, y no sé si mejore o empeore el panorama general, es que, realmente el cambio drástico se dio en un año, del 2022 al 2023. En un año aumenté de peso sin realmente haberme “descuidado”. Porque, quienes llevan un estilo de vida saludable me entenderán, una vez que te haces consciente y RESPONSABLE de tu salud física, difícilmente lo abandonas. Simplemente porque los buenos hábitos se vuelven parte de tu personalidad y cuidarte no resulta un sacrificio.

Pero, entonces ¿qué me sucedió este año?

Justo eso me pregunté cuando comencé a notar que la ropa, con la que tenía varios años, ya no me quedaba (además de los calzones y el bra de la foto uno). No había dejado de hacer ejercicio, no descuidé mi alimentación, seguía durmiendo perfectamente. Incluso comencé a seguir planes alimenticios que había seguido en el pasado, y los cuales me habían sido útiles para recuperar mi peso, y nada. No subía más, pero pese a mis esfuerzos por regresar a mi peso, seguía estancada.

En este punto vale la pena hablarles de un factor importante, el más importante, de hecho. Pues resulta que hace un año y medio me diagnosticaron Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP), que en resumen es un descontrol hormonal que no “desaparece”, pero cuyos síntomas se controlan con tratamiento y hábitos específicos. Es decir, tengo que estar en constante monitoreo para regular el desastre.

Total, cuando me di cuenta de que, de alguna manera ese desastre me estaba afectando, analicé mis opciones:

A). Decir: fuck it, así me quedo ya, que al cabo no es para tanto, pero que si empeora, ni modo, sin llorar.

B). Hacerme responsable de mi ser humano, acudir con un profesional en nutrición experto en problemas hormonales y recalcular mi plan alimenticio.

Imaginaron bien, opté la por opción B. Al día de hoy, que hago mi proceso público, la estrategia para volver al camino del bien es la siguiente:

1.Me hice análisis para revisar aspectos como resistencia a la insulina, azúcar en la sangre y ciertas hormonas. Todo bien. Así será posible controlar el SOP con alimentación y suplementos.

2.Acudí con una nutrióloga con especialidad en temas hormonales. Los tres alimentos que desaparecieron de mi dieta desde el día uno son: lácteos, gluten y soya.

3.En cuanto al ejercicio, tengo una rutina supervisada y procuro acudir al gym de 5 a 6 días de la semana, de 6-8am, por si alguien gusta unirse al team 5am, DM.

Y ustedes se preguntarán ¿por qué nos interesa saber todo esto, Marisol?

Bueno, quizá llegaron a este post por puro morbo/chisme, pero si ya llegaron a este punto de la lectura, entonces quédense a conocer mis motivos de compartir esto y mis conclusiones respecto a mis cambios.

Lo primero, es invitarlos a reflexionar sobre los distintos ámbitos de su vida y si hay algo que no les gusta o no les funciona, cuestionarse qué podrían hacer diferente y hacerlo. Tomar la iniciativa y buscar modificarlo. O sea, hacerse conscientes y responsables.

Lo segundo, reconocer y aceptar que todo el tiempo estamos cambiando, nuestro cuerpo, el entorno, y lo que quizá funcionó en el pasado, ya no funciona ahora. Y, nuevamente, hacer consciencia, recalcular y tomar acciones distintas.

En mi caso concreto, en esta nueva etapa de mi vida, me ha llevado un poco más de tiempo reconectar con mi cuerpo, pero lo estoy logrando. Me he propuesto encontrarle el modo al SOP, no enfrascarme con el diagnóstico y hacer lo que necesite para recuperar mi peso. Sin embargo, no haré público mi objetivo en cuanto a kilos y porcentaje de grasa para mantenerlos con la intriga. Así que, échenme porras y esperen la parte dos de esta historia con otros cambios en mi cuerpo.

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